
Depedencia de fármacos, las benzodiacepinas
Depender físicamente de un fármaco es una forma especial de adicción, derivada del consumo reiterado del mismo.
Es un trastorno en el cual, los efectos biológicos que determinada sustancia producen en la persona, le conducen a no poder dejarla y a tomarla con frecuencia de manera periódica.
Los psicofármacos, que comúnmente se utilizan para tratar problemas asociados con la mente, son los más susceptibles de provocar una farmacodependencia en la persona que las consume.
Esta dependencia se presenta con una gran variabilidad pues hay personas capaces de lograr consumir este tipo de sustancias adictivas con la moderación que el médico indica o bien usarlas de forma ocasional.
Mientras que otras personas, tras un período de consumo pasan a ser consumidores dependientes de una o varias drogas y presentan una enorme resistencia para poder dejarlas.
Para identificar cualquier farmacodependencia deben de coincidir tres constantes
- La primera es la existencia de un producto psicoactivo, cuyos efectos sean considerados fuente de placer o supresión de malestar. Una sustancia es psicoactiva si produce una alteración en la función del sistema nervioso central, lo que puede llegar a provocar cambios en el humor, en la cognición o en la conducta.
- La segunda es la de un condicionamiento de tipo operante en el cual el psicoactivo actúa como elemento para reforzar el bienestar temporalmente.
- La tercera es cuando se experimentan diversos estímulos que se manifiestan de manera simultánea en la aplicación de las sustancias y pueden quedar asociados a estos estímulos y a sus efectos. Estos pueden ser internos como tristeza y estrés o externos.
Los efectos reforzadores son los que se encargan de la actividad de gran parte de las sustancias adictivas y están relacionados con sistemas dopaminérgicos originados en el cerebro.
Según la función para la que fueron creados, estos fármacos pueden dividirse en diferentes categorías:
- Tranquilizantes de grado Superior (neurolépticos): sustancias utilizadas para apoyar conductas psicóticas como la esquizofrenia y procesos maníacos depresivos.
- Tranquilizantes de grado Menor (ansiolíticos): Son sustancias que se aplican en pacientes con problemas psicológicos menores.
- Somníferos (hipnóticos sedantes): Estas sustancias ayudan a calmar los nervios y relajar los músculos para pacientes con problemas de insomnio, estrés o depresión, los barbitúricos comenzaron a utilizarse cuando los derivados opiáceos que se empleaban como sedantes fueron prohibidos.
De igual forma estas se tratan de sustancias muy adictivas, que generan una gran dependencia física y graves síndromes de abstinencia.
Su uso, dirigido a combatir los trastornos funcionales y el insomnio, es cada vez más restringido por las farmacias a nivel mundial. Estas sustancias son sustituidas actualmente por las benzodiazepinas.
Las benzodiazepinas son usadas en la terapia para la ansiedad, el insomnio y otros estados mentales. Existen personas que abusan de drogas estimulantes de este tipo para calmar su estado anímico.
Los efectos que pueden aparecer
Los efectos físicos que pueden aparecer con el uso de benzodiazepinas pueden ser somnolencia, ataxia, depresión, relajación, reducción de las habilidades psicomotoras, amnesia, vértigo, malestar estomacal, dolor de cabeza, visión borrosa y otras alteraciones, confusión, alteraciones en el ritmo cardíaco, temblores frecuentes, ictericia, debilidad, efectos similares a la resaca, pesadillas inusuales, dolor de pecho, efectos potenciadores con la mezcla de alcohol.
En ocasiones pueden producir conducta agresiva y hostil antes de un periodo de sedante.
Todas las Benzodiacepinas pueden provocar en los usuarios una dependencia psicológica y física, incluso si consumen dosis bajas, presentando el síndrome de abstinencia por lo que se trata de un fármaco sumamente restringido para el uso médico en las dosis recomendadas y por breves periodos de tiempo para evitar generar una farmacodependencia.