LA DEPRESIÓN – LA PANDEMIA DEL SIGLO XXI
La depresión es, antes de nada, una enfermedad. Es también un trastorno mental caracterizado principalmente por un estado de ánimo muy bajo, sentimientos de tristeza asociados a alteraciones del comportamiento, de la actividad y del pensamiento.
Para que nos hagamos una idea de lo importante que es localizarla a tiempo, decir que es una de las patologías más frecuentes en Atención Primaria, siendo la primera causa de atención psiquiátrica derivada de problemas mentales. La depresión aparece con más frecuencia en mujeres, y en personas de menos de 45 años.
El tratamiento con psicofármacos consigue, en muchos casos, aliviar parcialmente (y a veces en su totalidad) los síntomas. Una vez superados los síntomas, conviene seguir bajo tratamiento antidepresivo el tiempo que haga falta para evitar cualquier recaída. En algunos casos, el tratamiento con psicofármacos y con psicoterapia deberá de prolongarse de por vida.
Los síntomas más comunes de la depresión son la tristeza, la pérdida de interés, la pérdida de la capacidad de disfrutar… y una disminución de la vitalidad. Eso puede provocar que la persona tenga un cansancio habitual extremo, incluso realizando un pequeño esfuerzo.
Aparte de los síntomas más arriba nombrados, pueden aparecen otros síntomas tales como:
– sentimiento de culpa
– irritabilidad
– ideas de suicidio
– disminución de la atención, concentratación y memoria
– intranquilidad
– trastornos del sueño
– pérdida absoluta en uno mismo
– pérdida de apetito
– pérdida líbido
Y es por este motivo, por la depresión, es por lo que muchas personas caen en las adicciones. Y adicciones, en este momento, hay quizás demasiadas. La adicción al alcohol suele ser una de las más recurrentes, quizás por la aceptación social al alcohol… y que en España nos gusta mucho socializar y estar mucho en los bares, pubs, discotecas, etc.
Otra adicción recurrente, muchas veces de la mano de la adicción al alcohol, es la adicción a las drogas. Y drogas y adicciones hay muchas… adicción a la cocaína (lo cual provoca a posteriori más depresión), adicción a las benzodiacepinas (muchas personas depresivas suelen caer en ésta adicción), adicción a la cocaína rosa o tusibí (droga de la que hablamos en el anterior artículo), etc.
Básicamente, estando en depresión, puedes intentar salir de ella de manera que no sea la adecuada. Las anteriores adiciones que hemos nombrado son las más comunes que van de la mano de la depresión… pero también puedes caer en la adicción al sexo, en la adicción a las compras compulsivas «para alegrarte el día», en la adicción a las apuestas deportivas, adicción a la marihuana, etc.
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