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Hombre afectado por chemsex durante sesión prolongada, reflejo del impacto emocional y físico de esta adicción

Chemsex: qué es, por qué engancha y cómo pedir ayuda

¿Qué es el chemsex?

El término chemsex proviene de “chemical sex” (sexo químico) y hace referencia al uso de drogas durante prácticas sexuales, normalmente en entornos privados, sesiones prolongadas, con múltiples personas y a menudo sin protección. Aunque suele practicarse entre hombres que tienen sexo con hombres (HSH), no es exclusivo de este colectivo.

La motivación inicial es clara: sentir más, durar más, soltarse, atreverse. Pero lo que comienza como búsqueda de placer o pertenencia puede derivar en un patrón adictivo, destructivo y profundamente solitario. La sexualidad se vuelve dependiente del consumo, y viceversa.

La sexualidad se vuelve dependiente del consumo. El consumo se vuelve dependiente del sexo. La persona, de ambos.

Las sustancias más frecuentes:

  • GHB / GBL – relajante, desinhibidor, peligroso en dosis altas
  • Metanfetamina (cristal) – estimulante intenso
  • Mefedrona, ketamina, poppers, cocaína – combinadas, a menudo sin control

Y la promesa que venden es clara: más placer, más libertad, más conexión.
La realidad, para muchos, es otra: más vacío, más riesgo, más dolor.

¿Por qué engancha tanto?

Porque no solo engancha el cuerpo. Engancha la mente, las emociones, la identidad y la intimidad. Engancha el vacío que muchas personas llevan dentro desde hace años.

Para algunas personas, el chemsex no es solo una práctica: es una forma de escapar de la soledad, del rechazo, de las expectativas ajenas, del dolor emocional que nunca tuvo palabras.

Es un lugar donde el cuerpo dice lo que el alma calla.

Y poco a poco, el deseo deja de ser libre y empieza a ser dependiente. El sexo deja de ser elección y se convierte en necesidad.

Lo que empieza como curiosidad o búsqueda de evasión, se convierte en una necesidad emocional camuflada:

  • Validación a través del sexo
  • Placer como escape del malestar
  • Silencio de traumas antiguos
  • El ritual de consumir, ligar, desaparecer

Con el tiempo, ya no es placer. Es rutina. Es compulsión. Es huida. Las drogas ya no acompañan: dirigen.

¿Cómo empezó el fenómeno?

El chemsex no es nuevo, pero su visibilidad ha aumentado con el auge de:

  • Aplicaciones de contacto como Grindr o Scruff
  • Sesiones “privadas” o “fiestas chill”
  • Promoción de sustancias como parte del “ambiente”
  • Estigmas emocionales no tratados (soledad, VIH, presión de grupo, homofobia interiorizada)

Esto lo convierte en una práctica de riesgo silencioso: aceptada socialmente en algunos círculos, pero destructiva en la intimidad.

¿A quién afecta?

Muchos de los hombres que practican chemsex no se consideran adictos. Algunos son jóvenes, universitarios, con trabajo, pareja o familia. Otros viven con VIH. Otros no han salido del armario.

Todos tienen algo en común:

  • Han perdido el control.
  • Ya no eligen.
  • El chemsex elige por ellos.

Perfiles más frecuentes:

  • Jóvenes del colectivo LGTBI+
  • Hombres gais o bisexuales, solteros o en pareja
  • Personas que viven con VIH
  • Usuarios de apps que consumen por evasión emocional
  • Personas que buscan afecto o identidad a través del sexo

Muchos no se identifican como adictos.
Hasta que ya no pueden parar.

Las consecuencias que no salen en las apps

Físicas

  • Transmisión de VIH, hepatitis C, sífilis
  • Sobredosis, pérdida de conciencia
  • Deshidratación, pérdida de masa muscular
  • Deterioro neurológico, insomnio, agotamiento

Mentales

  • Paranoia, ansiedad, depresión profunda
  • Psicosis inducida por metanfetamina
  • Adicción cruzada: sexo + drogas
  • Incapacidad de tener relaciones sin sustancias

Sociales

  • Aislamiento, rupturas, rechazo familiar
  • Problemas legales o laborales
  • Estigma dentro y fuera del colectivo

Muchas personas se aíslan porque creen que nadie lo entendería. Otras intentan dejarlo solas y recaen. Algunas creen que “esto no es una adicción”, solo una etapa. Hasta que es demasiado tarde.

¿Cómo saber si necesitas ayuda?

Frases habituales en consulta:

  • “Sin drogas no puedo tener sexo.”
  • “Uso las apps y ya sé lo que va a pasar.”
  • “Al día siguiente me siento basura.”
  • “Lo dejé una semana, pero volví.”
  • “Ya no reconozco a la persona que soy.”

Señales claras:

  • Solo tienes relaciones sexuales si hay consumo
  • Ocultas tus sesiones o mientes sobre ellas
  • Tienes pérdida de conciencia o lagunas mentales
  • Usas apps de forma compulsiva
  • Sientes remordimiento profundo al terminar
  • Repites sesiones aunque tengan consecuencias graves
  • Te has alejado de familia, pareja o amigos

Si algo de esto resuena contigo, esto no es solo una fase. Y lo más importante: no estás solo.

Testimonio real (anónimo)

“Entraba en sesión a las 10 de la noche y salía 36 horas después. Sin dormir. Sin saber con quién estuve. Dejé de ir al trabajo, mentía a mis amigos. Cuando mi madre me dijo que creía que me estaba muriendo, me vine abajo. Buscar ayuda fue el principio. No fue fácil, pero fue lo mejor.”

— David, 33 años, Madrid

¿Y si no soy yo, pero es alguien a quien quiero?

Muchas madres, padres, parejas o amistades nos escriben con la misma pregunta: “¿Cómo puedo ayudarle sin que se aleje?”

La respuesta es:

  • Escuchar sin juzgar
  • Informar con amor
  • Proponer ayuda profesional

El chemsex no se soluciona con reproches. Se afronta con presencia, paciencia y una red de apoyo sólida.

¿Existe tratamiento para el chemsex?

Sí. En Centro Árbor, en Madrid, llevamos años ayudando a personas a salir del ciclo del chemsex con un enfoque clínico, humano y confidencial.

Sabemos lo que hay detrás de cada caso. Sabemos lo que cuesta pedir ayuda. Y por eso acompañamos con respeto desde el primer contacto.

Nuestro tratamiento incluye:

  1. Evaluación integral: salud física, mental, sexual y social
  2. Desintoxicación médica, si hay dependencia física
  3. Psicoterapia individual y grupal
  4. Reeducación afectiva y sexual sin sustancias
  5. Acompañamiento familiar o de pareja
  6. Prevención de recaídas y plan de vida a largo plazo

Cada caso es único. Por eso diseñamos un plan a medida.

Porque salir del Chemsex no es solo dejar de consumir.
Es reconstruir quién eres sin necesidad de escapar.

¿Por qué elegir Centro Árbor?

  • Somos un centro de adicciones en Madrid con experiencia en adicciones adicciones complejas y trastornos duales.
  • Nuestro enfoque es profesional, cercano y personalizado
  • Equipo formado por psicólogos, psiquiatras, terapeutas sexuales y educadores
  • Ofrecemos tratamiento ambulatorio o con ingreso, según el caso
  • Ubicación única
  • Y lo más importante: sabemos lo que estás viviendo, y sabemos cómo ayudarte
  • Privacidad absoluta. Cercanía real.

Da el primer paso

No necesitas tener todas las respuestas. Solo el valor de decir “necesito hablarlo”.

📌 Estamos en Madrid, Calle de las Umbrías, Soto del Real, 28791

📞 Teléfono conectar cita: +34 626 52 95 43

📞 Teléfono familiares: +34 91 546 73 13

📞 Teléfono familiares: +34625130304

📧 Email: info@centroarbor.es

No estás solo. Aquí, puedes volver a empezar.

Confidencial. Profesional. Humano.

Preguntas frecuentes

¿Qué drogas están implicadas en el chemsex?
GHB, metanfetamina, mefedrona, ketamina, poppers y cocaína.

¿Se puede dejar sin ayuda?
Es muy difícil. El apoyo profesional y emocional es clave.

¿Esto se supera?
Sí. Con tratamiento y acompañamiento, se puede salir del chemsex.

¿Afecta solo al colectivo LGTBI+?
No exclusivamente, pero sí es donde se dan más casos.

¿Puedo ayudar si soy familiar o pareja?
Sí. Tu acompañamiento puede marcar la diferencia.

Fuentes y recursos recomendados

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