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Cuáles son las adicciones más difíciles de superar

En esta ocasión queremos mencionarte las adicciones más difíciles de superar, aunque son posibles de dejar con el tratamiento adecuado.

Debemos entender que los procesos de toma de decisiones, el estado de ánimo, la fuerza de voluntad, incluso la memoria, se ven afectados por el abuso de drogas. Todos estos cambios se vuelven más estáticos, más inamovibles, a medida que se crea una dependencia a las drogas. Además, cuando una persona es dependiente de las drogas experimenta síntomas de abstinencia que pueden ser de naturaleza psicológica y física.

Lamentablemente muchas veces pueden llegar a ser potencialmente mortales si no se recibe ayuda profesional en una clínica de rehabilitación como Centro Arbor.

Estas son las 6 adicciones más difíciles de superar

Debido a lo anterior no se recomienda dejar de tomar estas sustancias de un momento a otro o de repente, sin ayuda profesional. Además, dependiendo del tipo de droga del que se abuse y la situación de cada individuo, con frecuencia es necesaria la farmacología.

Veamos entonces cuáles son las drogas más adictivas y difíciles de dejar.

1. Heroína

La heroína se puede inyectar, inhalar o fumar para obtener un efecto tranquilizante. La abstinencia de la heroína puede experimentarse como un caso grave de gripe. Por lo tanto es normal que el paciente sufra temblores, escalofríos, sudoración, náuseas, vómitos, además de dolores musculares, insomnio y secreción nasal.

Emocionalmente también puede padecer de ansiedad, depresión, irritabilidad y falta de claridad mental.

2. Cocaína

Esta es otra de las drogas más adictivas y más difíciles de superar para quienes se someten a un tratamiento de rehabilitación. Se trata de una poderosa droga estimulante que ocasiona una intensa oleada de placer cuando se consume en exceso.

Se le puede encontrar en forma de polvo blanco, también en forma de roca comúnmente llamada crack. Sin embargo, cuando los adictos disminuyen su consumo a menudo experimentan un choque que les provoca fatiga agotamiento y depresión.

También es común que padezcan de irritabilidad, ansias intensas por consumir, ansiedad, pesadillas, inquietud, además de una sensación general de incomodidad.

Incluso en muchos casos pueden tener pensamientos o ideas suicidas.

3. Metanfetamina

La metanfetamina es similar a la cocaína. En otras palabras se trata de una droga estimulante artificial. En este caso puede ser inhalada, fumada o inyectada para obtener un efecto más rápido y potente.

Las personas que abusan de las metanfetaminas, a menudo experimentan psicosis, agresión y violencia. Cuando desaparece su efecto, los adictos experimentan depresión y una gran necesidad de drogas.

4. Benzodiacepinas

Se trata de medicamentos diseñados para reducir ansiedad, proporcionar relajación y ayudar a las personas a conciliar el sueño. Se les considera altamente adictivas, pues incrementan la dopamina.

Además disminuyen la frecuencia cardíaca, la respiración, la presión arterial y la temperatura corporal. La abstinencia a estos fármacos usualmente genera insomnio y ansiedad recurrentes.

Pero también pueden provocar dolores musculares, calambres abdominales, sudoración, irritabilidad, confusión, depresión, náuseas y vómitos.

5. Nicotina

Es uno de los ingredientes activos en los cigarros y por supuesto se le considera altamente Adictiva. Tiene la capacidad de alterar la química del cerebro mejorando el estado de ánimo.

Sin embargo, este efecto desaparece a las pocas horas de fumar el último cigarrillo. La abstinencia a la nicotina puede provocar irritabilidad, dificultades para dormir, depresión, aumento del apetito, incluso dificultades para concentrarse o recordar cosas.

6. Alcohol

El consumo de alcohol reduce las inhibiciones y eleva el estado de ánimo, además que incrementa la sociabilidad. En cantidades moderadas incluso puede ser benéfico para la salud.

Sin embargo, cuando se abusa del alcohol las repercusiones son negativas. El delirio tembloroso es el efecto más común de la abstinencia al alcohol.

Además y como consecuencia de que el alcohol que ya no deprime el sistema nervioso central, el adicto experimenta un incremento en la presión arterial, su frecuencia cardíaca y temperatura corporal.

También es normal que sufra de insomnio, mareos, ansiedad, depresión, dolores de cabeza, náuseas y vómito.

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